El regreso de Fernando Tupac Amaru: dos miradas sobre la construcción de memoria

El regreso de Fernando Tupac Amaru: dos miradas sobre la construcción de memoria, Epicentro Tv

El regreso de Fernando Tupac Amaru: dos miradas sobre la construcción de memoria

Ya están en El Cusco los restos simbólicos de Fernando Tupac Amaru después de superar el obstáculo de la indolencia y la falta de compromiso estatal con la Historia del Perú. Fernando Tupac Amaru tuvo una vida azarosa que simboliza el sufrimiento de un pueblo en el encuentro de dos mundos. Tras las publicaciones de Daniel Yovera aquí en Epicentro, el ex director del LUM, historiador Manuel Burga, y la historiadora cusqueña Margareth Najarro escriben estos dos textos con su visión del simbolismo que trae el regreso de Tupac Amaru al Perú, en forma de tierra de un cementerio español. La llegada de los restos se ha debatido entre el interés ciudadano y la desidia estatal.

Fernando Tupac Amaru en el aeropuerto de Lima

Manuel Burga. Historiador. Exdirector del LUM


Varios comunicadores, últimamente,  se han interesado en las memorias de los que vivieron y sufrieron las consecuencias de la gran rebelión de José Gabriel Condorcanqui Tupac Amaru entre 1780 y 1781. El comunicador peruano Juan Manuel Chávez, residente en Barcelona, publicó El Dilatado cautiverio de Juan Bautista Tupac Amaru en 2021, una memoria de cautiverio del hermano menor de José Gabriel, exiliado en España luego de la rebelión. Esta memoria la volvió a publicar en inglés el historiador de la Universidad de California - Davis, Charles Walker, quién también el año pasado 2024 publicó Tu ausencia ha sido causa para todo esto. Cartas de amor y guerra, intercambiadas entre José Gabriel, Micaela y algunas con Tomasa Tito Condemayta. El grupo editorial ISOLE, este mismo año, publicó Las Cartas de Fernando Tupac Amaru y otros documentos (1782-1798), gracias a la curiosidad de Viola Varotto y de un grupo de ocho interesados interlocutores, una edición muy bien cuidada de 18 valiosas cartas de Fernandito, como ellos indican, a través de las cuales nos acercamos al infortunio de ser hijo de un rebelde. 

En esta edición se incluye la partida de bautismo de un niño nacido aproximadamente el 31 de mayo de 1768 en Pampamarca, provincia de Tinta. Tenía 12 años y estaba por cumplir 13 cuando tuvo que presenciar el suplicio de su padre, madre, hermano, familiares y cercanos,  ordenado por el visitador Areche y el funcionario Matalinares, con las dudas del virrey Jáuregiui, cuando estos suplicios ya estaban extinguidos en Europa. Tampoco se libró del exilio y de esa Cabalgata de la muerte, de Cusco a Lima, en la que 60 de 30 murieron, antes de  ser recluidos en el Real Felipe del Callao, para luego atravesar el Atlántico con rumbo a España, llegar en 1786 y todas esa historias concomitantes  que le suceden hasta su muerte en el barrio madrileño de la Parroquia de San Sebastián en 1798, a la edad de 30 años, de melancolía hipocondriaca. Esto aparece confirmado en la partida de defunción que encontró el economista español Aldo Olcese y quién se preocupó, desde el 2021, cuando celebrábamos nuestro Bicentenario, en hacer regresar los restos simbólicos de Fernando al Perú. No tuvo suerte.

Cuando se repatriaron las cenizas del gran cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) el 25 de noviembre de 1978, las trajo el Rey Juan Carlos I y las entregó a Francisco Morales-Bermudez en Palacio de gobierno, para luego ser trasladadas al Cusco y depositadas en la Iglesia El Triunfo, al Costado de la  Catedral, aunque sin grandes emociones populares. Este cronista mestizo fue autor de Comentarios Reales (1609) y de la Historia General del Perú (1617), nunca intentó regresar a Cusco porque entendió que su proyecto sólo era posible realizar allí, en Montilla, Córdoba, en España.  

El regreso de los restos simbólicos de Fernando Tupac Amaru ha tenido una suerte diferente. Se trata casi de recordar la tragedia vivida por un niño, que se volvió adulto en la segregación y marginación, que fue separado  de sus otros familiares, a uno de ellos lo recluyeron en Ceuta, otros en varias regiones, pero Fernando aprendió a leer, escribir y algo de matemáticas, pero nunca tuvo oportunidad de "servir al Reino", aunque en realidad aún no sabemos cómo vivió su último lustro y cómo murió. El cofre con sus restos simbólicos, gracias a los trámites del alcalde de Cusco, a los estudios del español  Aldo Olcese y a dos documentales de Daniel Yovera de EPICENTRO, llegó a Lima sin que nadie del gobierno se interesara en este evento, sin que el mundo académico limeño se interese tampoco, solamente unos pututeros y una significativa comparsa de danzantes de YUYACHKLANI, los recibieron a la manera andina. 


Sin embargo, me sorprendió que uno de mis breves mensajes X, del domingo 6 de abril cuando los restos llegaron al aeropuerto Jorge Chávez,  tuviera tanta acogida en las redes. Lo que podría significar, que en realidad la llegada a Lima de los restos simbólicos de Fernando Tupac Amaru fueron ampliamente seguidos por la sociedad peruana, de Lima y regiones, gracias a las redes y al trabajo de los comunicadores como Viola Varotto, Daniel Yovera y a historiadores como Cecilia Méndez y Charles Walker. 

Pero en realidad  aún no puedo responder a la pregunta de porqué este nuevo interés en estos personajes, salvo indicar que hay más confianza en la memoria que en la historia, que en Lima, sus gobernantes, como en el siglo XVIII, no viven con las regiones, más bien parecen vivir sin ellas, como antes, sin esas realidades. Realidades que ayudan a construir nuestra nación, desde la periferia, desde los que conservan la memoria, por eso es que la llegada de los restos de Fernando Tupac Amaru al Cusco, despertó mucha emoción, debate, movilización y aprovechamiento político en la ciudad del Cusco, como lo muestra la historiadora Margareth Najarro.

Fernandito Tupac Amaru de nuevo en el Cusco.

Margareth Najarro (1)

La mañana del lunes 7 de abril llegó desde Madrid el alcalde del Cusco Luis Pantoja con un cofre que contenía tierra del antiguo cementerio de San Sebastián, donde se supone estuvieron los restos de Fernando Tupac Amaru. En el aeropuerto de Lima, el alcalde se hizo recibir al son de los pututeros y una comitiva de gente.  RPP hizo una remembranza de la vida de Fernando Tupac Amaru y su repatriación.

En el Cusco, el alcalde fue recibido en el aeropuerto, también al son de los pututos. La comitiva de recepción en Cusco fue realmente multitudinaria. Esperaban su llegada:  un contingente de militares a caballo y otros de a pie con banda de música incluida. El alcalde aparentemente salió hacia la calle para empezar la caminata, para ello estuvo flanqueado por las autoridades militares y los regidores. Atrás, venían las asociaciones populares de la ciudad, delegaciones de las provincias del Cusco. De hecho, el recibimiento estuvo muy bien organizado y planificado, incluso niños uniformados esperaban al alcalde y su comitiva en el trayecto del aeropuerto hacia la Plaza de Armas. Circuló una invitación que incluyó el itinerario a seguir, el cual no se cumplió porque aparentemente el alcalde decidió caminar desde el aeropuerto, hecho que se verifica en los videos difundidos ese día.

 Toda esta multitud acompañó al alcalde en la caminata a lo largo de la Av. Velasco Astete hasta llegar a la Plaza de Armas, donde hubo una ceremonia con varios actos, uno de los más importantes fue la entrega del cofre a dos actores que personificaron a Tupac Amaru y Micaela Bastidas. Estos últimos tomaron la palabra como padres de Fernando.  Se sabe que la urna traída de España por el alcalde permanecerá un tiempo en la municipalidad del Cusco; después, en fecha aún no precisada, serán enterrados en el crucifijo de piedra que está en la Plaza de Armas, lugar desde donde se supone Fernando presenció la ejecución de sus padres.

La actitud del alcalde de Wanchaq y de otros

El alcalde Luis Pantoja tiene, de hecho, un discurso político y se nota que busca construir una imagen, tal vez como lo hizo Daniel Estrada, y esto se ve en el uso del poncho, el chullo y el sol colgado al pecho. El alcalde está muy bien informado sobre la historia de Fernando Tupac Amaru, y creo que ha ocultado muy discretamente algunas cosas a fin de acaparar  en su persona la repatriación con la finalidad de ganar réditos políticos, esto se trasluce porque no coordinó con los alcaldes del Cusco, el presidente regional y, sobre todo, con los alcaldes de los pueblos tupamaristas. De hecho, el alcalde, ha sido el actor central y el que toma la palabra en los principales espacios, acaparando la atención de la prensa. Me parece que el alcalde ha logrado imponerse, en cierta medida, a sus oponentes y sus críticos porque ha preparado un buen discurso. El Colegio de Historiadores ha publicado un pronunciamiento, pero sin mayor fundamento académico y ha sido fuertemente cuestionado. El Decano regional del Colegio de  historiadores, Ronald Camala, ha convocado a una conferencia de prensa y ha sustentado mejor una posición más académica, señalando que la repatriación es parte de un proceso de construcción de la memoria.

Varios sectores se han pronunciado contra el alcalde, a quien han denunciado de traficar con la imagen de Fernando Tupac Amaru. Sus mayores detractores han sido algunos periodistas y también algunas figuras políticas del Cusco, como el ex alcalde de la ciudad Víctor Boluarte.

Tinta y Surimana

No estuvieron los alcaldes de Tinta ni Surimana. Pero al ser entrevistados opinaron en contra, y aunque no lo expresaron directamente, se nota en sus declaraciones que la causa fue porque Pantoja no los incluyó en el proceso de repatriación. La Asociación denominada "Canas, cuna de la emancipación" ha emitido una nota de prensa rechazando el viaje del alcalde de Tinta, quien aparentemente viajaría con Pantoja, pero por la presión del resto de alcaldes finalmente no viajó.


(1) Historiadora y docente de la UNSAAC-Cusco.