Dina Boluarte, seis meses de desencanto e incertidumbre
La presidenta llega a sus 180 días en el poder en medio de crisis social, emergencia sanitaria, difíciles relaciones internacionales e investigaciones por presuntas violaciones a los derechos humanos. ¿Cuáles son los momentos claves que han marcado su gobierno? En esta nota hacemos un recuento de su medio año de gestión.
Si algún logro inobjetable pueden reconocerle los opositores de la presidenta Dina Boluarte es que lleva seis meses manteniéndose en el poder, pese a las proyecciones iniciales.
Y es que a lo largo de este semestre, Boluarte ha cambiado su discurso sobre su continuidad en la Presidencia de la República en reiteradas ocasiones. Primero, juró en el mando hasta el 2026, cuando relevó al destituido Pedro Castillo el 7 de diciembre de 2022. Luego, ante el reclamo ciudadano, dijo que no tenía problemas en que las elecciones generales se adelantaran, y hasta presentó un proyecto de ley de adelanto de comicios, que fue rechazado por el Congreso.
Pero, hoy, tras una marcada convulsión social, el adelanto de elecciones ha desaparecido de su discurso y del debate público.
La situación de la presidenta Boluarte está casi el mismo punto de hace 180 días: de desencanto e incertidumbre, salvo por un detalle: es investigada preliminarmente por el Ministerio Público por el presunto delito de homicidio calificado, por la muerte de 49 civiles en el contexto de las protestas contra su gobierno, entre diciembre de 2022 y enero de 2023.
Ayer, 6 de junio, Boluarte acudió al despacho de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, para responder por esas muertes.
Diez días antes, había asegurado que contestaría todas las preguntas de la Fiscalía, pues, según dijo, “la primera persona que quiere saber qué pasó con los fallecidos en esas protestas es Dina Boluarte”.
Sin embargo, ya sentada en el despacho de la fiscal de la Nación y ante las interrogantes de la Procuraduría General del Estado y de los abogados de los deudos de las víctimas, decidió guardar absoluto silencio.
Informes de organizaciones internacionales de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dan cuenta de indicios de graves violaciones de derechos humanos y coinciden en que hubo abusos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional que podrían constituir posibles ejecuciones extrajudiciales que serían responsabilidad del gobierno.
Otras crisis
Además de las protestas, en marzo y abril el gobierno de Dina Boluarte afrontó otra crisis producto del Ciclón Yaku, que produjo intensas lluvias en el norte del país que acabaron con la vida de 73 peruanos y dejaron 30 mil damnificados.
En mayo, brotó el dengue, que ya registra 141 fallecidos y más de 67 mil contagiados. Para enfrentarla con mayor eficacia, el gobierno creó un “equipo de expertos” integrado por médicos especialistas, pero hace dos días, el Ministerio de Salud lo desarticuló.
Ahora, el primer ministro Otárola ha anunciado la inminente llegada del “Niño Costero”.
Cuestionados cambios
Boluarte ha realizado por lo menos doce cambios de ministros en lo que va de su mandato. Aunque no han llamado la atención tanto como lo que sucedió hace una semana, cuando cambió la presidencia del Directorio del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP).
Boluarte y la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, designaron como flamante presidenta del canal del Estado a la comunicadora Ninoska Rosario Chandia Roque, exjefa de Comunicaciones de Boluarte en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Otra situación preocupante es que desde que se dio este cambio en IRTP, los periodistas de de TV Perú ya no ingresan a Palacio de Gobierno a hacerle preguntas a la mandataria.
El frente externo
Si bien la presidenta llegó a Palacio prometiendo afianzar los vínculos con los países vecinos, no ha logrado ese objetivo y, por el contrario, su política internacional parece acentuar un marcado aislamiento en la región.
En 180 días, el gobierno ha reducido sus relaciones diplomáticas a solo encargaturas de negocios con Colombia, México y Honduras, tras una escalada de tensiones con los presidentes de dichas naciones, que no han podido ser contenidas en el nivel diplomático.
Las fricciones entre Boluarte y el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador parecen insuperables, debido a que él no la considera una presidenta legítima y se resiste a entregarle la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico.
Redacción Epicentro
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