El Ministerio Público afirma que no tiene presupuesto para el trabajo arqueológico forense que permitirá buscar los restos de los tres estudiantes faltantes y del profesor de la Universidad La Cantuta secuestrados y asesinados por el Grupo Colina, en 1992.

Tres décadas después de que fueron enviados a Inglaterra para certificar si se trataba de los estudiantes secuestrados y ejecutados por el destacamento Colina, el laboratorio del Instituto de Medicina Legal confirmó que los restos hallados en las fosas de Cieneguilla – y que fueron repatriados al Perú este año – corresponden genéticamente a los estudiantes Dora Oyague, Marcelino Rosales, Bertila Lozano y Felipe Flores Chipana.

Los primeros restos del caso La Cantuta en ser identificados fueron los de Enrique Ortiz Perea, hallados en Huachipa, en noviembre de 1993. El hallazgo más reciente ocurrió el año pasado, cuando durante una diligencia en las fosas de Cieneguilla se encontró un pequeño hueso humano. Las pruebas de ADN confirmaron que el fragmento óseo del codo pertenecía a Armando Amaro Cóndor, el hijo de Raida Cóndor.

En total, han sido plenamente identificados seis de los diez desaparecidos de La Cantuta y los forenses del Instituto de Medicina Legal tienen serias razones para pensar que los restos de los otros tres estudiantes y el profesor ejecutados por el Grupo Colina, permanecen sepultados en el sitio 2 de las fosas de Cieneguilla, un terreno con un área de 1315 metros cuadrados.