El Vargas Llosa que yo conocí
El Vargas Llosa que yo conocí , Epicentro TV

El Vargas Llosa que yo conocí

Ha muerto este domingo en Lima el peruano universal, el maestro Mario Vargas Llosa, el escritor, el político, el periodista, el defensor de la democracia, el gran personaje. Tuve el privilegio de entrevistarlo varias veces desde 2010 y tengo grandes recuerdos de esos encuentros. Descanse en paz, maestro.

Lo entrevisté por primera vez en Cartagena de Indias, en enero de 2010. Participaba en el Hay Festival y yo era directora de Noticias RCN. En esa entrevista, como en todas las que hicimos después, hablamos de literatura y de política. Recuerdo que la primera pregunta que le hice fue "maestro, para salir de este tema rápidamente, ¿a usted por qué no le han dado el Premio Nóbel?". En octubre de ese mismo año, la Academia anunció que se acababa la espera. Fui tan feliz como si se tratara de un compatriota mío. Era un latinoamericano, era un escritor que me encantaba y había sido entrañable conmigo en la entrevista en Cartagena así que hice todo para asistir como periodista a la ceremonia en Suecia. Allá estuve, en el segundo piso de la Sala de Conciertos de Estocolmo, el 10 de diciembre de 2010.  

No podía imaginar que menos de dos años después la vida me traería a Perú y tendría ocasión de volver a entrevistar a mi admirado Vargas Llosa.  

Volvió a ocurrir en el verano de 2014. El Nobel acababa de publicar El Héroe Discreto, la novela que narra el drama de un emprendedor piurano víctima de la extorsión. Entonces le propuse una audacia que aceptó: hacer una entrevista con público y con la posibilidad de que algunos de los asistentes le hicieran preguntas.  

Lo hicimos en el auditorio rojo del Centro Cultural de la PUCP y volvimos a hablar de literatura y de política. En esa entrevista vivimos un momento tenso e inolvidable: le pregunté por el debate acerca de la concentración de medios, que se había generado tras la compra del diario Correo por parte del Grupo El Comercio. Por supuesto, Vargas Llosa estaba en contra y lo dijo claramente: "Creo que el 79 u 80 por ciento (de medios) le da poder a un grupo periodístico que, por ejemplo, en periodo de elecciones, puede llegar a la manipulación total y a la imposición de candidatos, algo que comienza a corroer todo el sistema democrático". Cuando le di la razón sobre ese punto, él me contestó muy rápido: "cuidado que la despiden del trabajo" y el auditorio estalló en risas. Yo encajé el golpe y mantuve la calma. Sus palabras fueron proféticas, porque de hecho me despidieron en periodo de elecciones, 7 años después, y en parte por las razones que Vargas Llosa avizoraba. 

Superado el momento "te van a despedir", Vargas Llosa fue muy cercano. Le pregunté si era cierto como decía, que sus nietos le habían perdido el respeto y arrancó carcajadas del público cuando dijo "nunca me lo tuvieron" y de paso dijo que los intelectuales también habían perdido influencia en el mundo. Quizá lo mejor de las conversaciones con Vargas Llosa siempre fue su capacidad de pasar de lo ligero a lo trascendental, de la ficción a la terrible realidad. Era un entrevistado envidiable: respondía con punto final y movía la cabeza como haciendo una señal de "estoy listo para la próxima pregunta". 

En la FILBO 

El nuevo encuentro ocurrió dos meses después, durante una ceremonia irrepetible: en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en marzo de 2014. Estuvieron presentes los presidentes Juan Manuel Santos de Colombia y Ollanta Humala de Perú, y el entonces alcalde de Bogotá y hoy presidente de Colombia, Gustavo Petro. En esa ceremonia, Vargas Llosa pronunció un discurso maravilloso sobre la forma como la narración, el contar historias, nos hace humanos. Y dijo algo que entonces me pareció imposible y hoy es una realidad: que pronto las máquinas empezarían a escribir los Best Sellers y que en las manos de los jóvenes estaba la posibilidad de garantizar que la raza humana siguiera contando cuentos.  

Ese mismo día fui testigo de la kilométrica fila de rendidos lectores que lo esperaron horas para conseguir un autógrafo. Ancianos, niños, jóvenes, hicieron fila en una tarde fría de Bogotá para tener una firma del Nobel peruano a quien tanto hemos querido los colombianos.

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Mario Vargas Llosa en la inauguración de la Feria del Libro de Bogotá 2014 con los presidentes Juan Manuel Santos, Ollanta Humala, las ministras de Cultura de Colombia Mariana Garcés y Diana Álvarez Calderón y el entonces alcalde de Bogotá Gustavo Petro. Foto: Alcaldía de Bogotá Feria libro.

Dos años después, en marzo de 2016, el maestro me recibió en su casa del centro de Madrid y hablamos sobre Cinco Esquinas, su nueva novela, ambientada en Barrio Altos. Empezaba a calentarse la campaña presidencial y por supuesto habló sobre la aspiración presidencial de Keiko Fujimori. Votar por ella, me dijo, era reivindicar los crímenes cometidos en el gobierno de su padre. Nunca olvidaré la firmeza con la que hablaba de la dictadura de Fujimori.

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Mario Vargas Llosa habla sobre 'Cinco esquinas' - Imagen: Canal N

Acababa de empezar su relación con Isabel Preysler y respondió sonriente cuando le pregunté qué se sentía haber caído en lo que tanto detestaba y a lo que le había dedicado un libro: La Civilización del Espectáculo. Su respuesta fue que cuando se quiere, se quiere con todo incluido.  

Nuevamente en Madrid, en 2019, el maestro me recibió en la casa de Puerta de Hierro que compartía con Isabel Preysler. Hablamos de Tiempos Recios, la novela que narra la historia del golpe militar contra el presidente de Guatemala Jacobo Arbenz. Un libro político y nuevamente una entrevista que viró hacia la política. Habló del acoso del fujimorismo al gobierno y de la disolución del Congreso por parte de Martín Vizcarra. "El fujimorismo y el aprismo daban vergüenza ajena", me dijo sin titubear. Y agregó que "Nunca en mis largos 83 años, he visto un Parlamento tan mediocre como este último. Realmente el fujimorismo y el pequeño grupo de apristas representaban verdaderamente algo que daba vergüenza ajena. Un parlamento de muchos pillos, ya que estaba demostrado que muchos de esos parlamentarios tendrían procesos judiciales, sino se hubieran amparado en la situación privilegiada que es la de un parlamentario peruano".

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Vargas Llosa habla sobre 'Tiempos recios' con Clara Elvira Ospina - Epicentro TV

Ese fue el último día que lo vi. Cuando publicó Le dedico Mi Silencio, su última novela, en 2023, pregunté sobre la posibilidad de volver a conversar con él, pero me quedó claro que era demasiado tarde. Poco después anunció que no escribiría más sus columnas en El País y recordé sus palabras cuando conversamos en la PUCP en 2014. Le pregunté por el reciente anuncio del escritor alemán Günter Grass de que no volvería a escribir y entonces me dijo: "nunca le crea a un escritor cuando dice que se retira, eso siempre es mentira". 

Solo tengo gratitud por el maestro Mario Vargas Llosa. Por el placer de leerlo. Por el placer de conversar con él. Por su generosidad conmigo. Descanse en paz, maestro.