Cuando Samir Abudayeh entró a Palacio aquella mañana del 18 de octubre pasado, no debe haber sido consciente de que sería la punta de una madeja muy compleja, que traería muchas cosas abajo.

La Contraloría acaba de encontrar responsabilidad en cinco de los funcionarios de Petroperú que estuvieron involucrados en la contratación de su empresa, Heaven Petroleum Operators, para la compra de biodiesel b-100 por el periodo enero- abril de este año, un contrato por más de 74 millones de dólares.

Abudayeh no apareció solo en aquella visita, lo acompaño en fecha y hora, el entonces gerente general de Petroperú, Hugo Chávez, la gestora de intereses Karelim López y un ex empleado de Abudayeh en otra empresa, Gregorio Sáenz Moya, quien entonces estaba vinculado a la Junta Nacional de Palmicultores, pero que rondaba Petroperú por aquellos días y del que se decía era cercano al presidente Castillo.

Abudayeh ha negado en 7 idiomas que su visita haya tenido como fin pedirle al presidente Castillo el millonario favor, pero los hechos han dejado huellas notorias, que la Contraloría ha seguido pacientemente, determinando que el procedimiento fue irregular.

Para comenzar, se han corroborado todas las visitas que se hicieron a Palacio de Gobierno y Petroperú y que la vara de este empresario venía con sello de garantía. El informe es amplio en señalar cómo los entonces Gerentes de Petroperú, Gerente General, Hugo Chávez; Gerente de la Cadena de Suministros, Muslaim Abusada; Gerente de la Cadena de Distribución, Gunther Documet; Gerente encargado en Compra de Hidrocarburos, Daniel Ly,  y el Gerente de Mediambiente, Juan del Carmen Gallarday, bailaron al son de su canción y participaron, según las conclusiones de la Contraloría, en un proceso irregular desde la primera fase de la contratación.

Destaca en la investigación del órgano de control que días antes de la recepción de las propuestas, visita las instalaciones de Petroperú, específicamente a Muslaim Abusada, Roger Daniel Ly, quien termina participando en el proceso, inicialmente como un “asesor” de Abusada y luego como el gerente de compra de hidrocarburos, que poco después, firma la buena pro.

Gregorio Sáenz Moya, el visitante de Palacio, participó también en todo el proceso con la anuencia de Abusada, habiendo tenido vínculo laboral con Abudayeh, el hombre fuerte de Heaven Petroleum Operators, la empresa ganadora y fue contratado en la fase final, como asesor en la gerencia de Cadena de Suministros.

Otro de los detalles que hunde a todo este organizado equipo en pos del millonario contrato, es que la convocatoria estuvo cerrada sólo al ámbito nacional cuando, por normativa interna, tuvo que ser abierta paralelamente a mercados internacionales. Una evidencia más de un direccionamiento que fue avalado por el entonces Gerente General de Petroperú, “sin tener la habilitación y dispuesto con informes técnicos no previstos y carentes de sustento”.

Fue tan evidente la desesperación en conjunto para favorecer a la empresa de Abudayeh, que la recepción de las ofertas para el concurso se hizo sin la presencia de un notario público, firmando los contratos funcionarios que, en la práctica, no ostentaban facultades para hacerlo.

Entre las recomendaciones de la Contraloría, destaca la que hace al procurador especializado en delitos de corrupción, para que inicie las acciones legales contra los funcionarios que participaron en este baile de diesel y millones.

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