Para cuando los peritos del Ministerio Público entraron al departamento del piso 5 del edificio Arezzo II en la Av. Brasil, el pasado 14 de marzo, los sobrinos del presidente Pedro Castillo ya lo habían abandonado. Ellos, según testimonio de vecinos, se habían marchado el 12 de marzo, dos días antes de que se aprobara el descerraje.

Pero para los especialistas en criminalística, nada es desperdicio, hasta la basura canta. Decidieron entrar y recoger hasta la última tarjeta y recibo que pudieran hallar.

Epicentro TV tuvo acceso al contenido del acta de deslacrado de lo hallado en el inmueble que ocuparon, desde fines del año pasado, Fray Vásquez Castillo y Gianmarco Castillo Gómez, los sobrinísimos que se convirtieron para el tío en el poder, no solo en apoyo logístico sino en mucho más, según ha dicho la hoy aspirante a colaboradora de la justicia, Karelim López, quien asegura que estarían metidos hasta el cuello en negociaciones turbias para obtener contratos, sobre todo, del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.  

Están siendo investigados, junto a otro primo, Rudbel Oblitas -hijo de una cuñada del presidente- y al empresario Zamir Villaverde, por Lavado de activos en agravio del Estado y se les acaba de dictar una orden de impedimento de salida del país. Estos sobrinos definitivamente no son los del Pato Donald, ni tienen una pizca de caricatura.

Vayamos por partes.

RECONOCEN A VILLAVERDE COMO VISITANTE

Uno de los documentos fiscales llamado Acta de Reconocimiento, recoge el interrogatorio al conserje del edificio en el que se le pidió que reconociera, mediante fotos de RENIEC, a los ocupantes y visitantes del departamento. Se le mostraron solo fotos, mas ningún nombre. De todas las imágenes, reconoció a Fray Vásquez y a Gianmarco Castillo como ocupantes del inmueble, también a Jaime Vásquez Castillo y a Cledin Vásquez, otros de los sobrinos presidenciales, como parte de los visitantes. Sobre Gianmarco Castillo, dice el conserje, que llegaba casi todos los días a bordo de un auto blanco polarizado. Lo mismo atestigua sobre Fray Castillo, quien alternaba entre dos camionetas, una blanca y otra negra, pero que una vez lo vio llegar en otra distinta: una camioneta grande y dorada, manejada por otra persona a quien también reconoció sin dudas: se trata del empresario de espinoso pasado Zamir Villaverde, cuyas empresas se investigan por obtención presuntamente ilícita de contratos de Provías. Sobre Villaverde dice el conserje que lo vio entrar al departamento de los sobrinos del presidente Castillo unas 4 o 5 veces, en Enero y Febrero, algo que contradice a lo declarado por el empresario en días pasados.

El conserje añade que Cledin Vásquez, a quien reconoce por sus tatuajes, fue el que más recientemente se mudó al departamento de la Av. Brasil.

LA LIBRETA DE NOTAS

Al ingresar al departamento, el equipo a cargo de la fiscal Mabel Tucto de la Fiscalía Supraprovincial especializada en delitos de lavado de activos empezó por, literalmente, voltear los basureros y las bolsas de deshechos dejadas por todo el departamento de dos habitaciones. Diversidad de tarjetas, recibos de restaurantes -algunos por más de 300 soles- y hasta una mascarilla con el nombre grabado del ex Presidente de Essalud, Mario Carhuapoma, de cuando era decano del colegio Químico Farmacéutico (acompañada de algunas botellitas de Ivermectina), denotan que lo dejado por los sobrinísimos data de mediados del año pasado, de cuando Castillo había ganado la presidencia, pero aún no había juramentado. Una hoja bond que lleva impresa una lista de “técnicos por presentar” donde se leen los nombres de Modesto Montoya, como posible Ministro de Ciencia y Tecnología, Avelino Guillén, como posible titular de justicia, Anahí Durand en Inclusión y Hernando Cevallos como ministro de Salud, entre otros, confirma dicha antigüedad. Los peritos hallaron evidencias de una cantidad insólita de chips telefónicos, un USB aún en investigación, fotocopias del DNI de dos personas y una libreta de notas con el logo de la Contraloría en la tapa, con algunos trazos interesantes.

No se sabe de quién es la letra ni los “horrores” ortográficos, pero las anotaciones develan ciertas preocupaciones tempranas en el entorno presidencial. Se lee, por ejemplo: “La transferencia será de manera estratégica”. Marcada en amarillo, la frase “presidente obligatorio, enviar 19 cartas, una a cada ministro, a la contraloría”. Más abajo, “186 mil pliegos de reclamos”. Marcado en amarillo, también: “D Anibal. Conflicto social en Cusco” y una anotación al pie de página: “Contraloría ofrece capacitación para transferencia”.

En otra página, una flecha que apunta a la palabra “Defensa”. Muy cerca, apellidos difíciles de leer con exactitud. Por las anotaciones al lado, que rezan “mayo” y un trazo que parece decir “general”, parece tratarse de sugerencias para ascensos. Al lado, una misteriosa cifra: 913.025.

En una siguiente hoja, fechada como 23 de julio, se lee “mañana se cierra la Mesa Directiva” en alusión al cierre de presentación de listas para presidirla, Colocan algunos nombres, entre ellos y resaltado. “Bermejo” Cándidamente, la frase: “Traer un candidato que pueda conversar con todos”.

Han pasado solo 8 meses desde aquellas anotaciones y todo un siglo de acontecimientos preocupantes que hoy son materia de varias investigaciones.

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