El gobierno peruano celebra la elección de Alberto Borea como integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esa victoria tiene detrás un largo trabajo de diplomacia, canje y negociación, dirigido básicamente por el ahora primer ministro Gustavo Adrianzén. La historia detrás del retiro de la candidatura de quien era la candidata peruana, que le abrió el camino a la reelección al guatemalteco Estuardo Ralón como relator especial de la CIDH para Perú.
Era marzo de 2023. El gobierno de Dina Boluarte vivía una de las peores crisis diplomáticas de la historia. Cuarenta y nueve ciudadanos peruanos habían muerto en la represión de las protestas contra el gobierno en Andahuaylas, Puno, Ayacucho, Cusco y Lima. Informes independientes reportaban un uso excesivo de la fuerza y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) preparaba su informe sobre lo ocurrido en Perú. El nuevo embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Gustavo Adrianzén, llegaba a Washington a intentar apagar el incendio que habían provocado las muertes de las últimas semanas. El Relator especial de la Comisión para el caso peruano era el guatemalteco Stuardo Ralón, por lo que la relación con él y con la delegación de su país, Guatemala, tenían valor superlativo. Hemos podido reconstruir la sucesión de hechos de esos días, a partir de la agenda del embajador Adrianzén.
Los primeros meses de 2023 fueron los más intensos que recuerde la delegación peruana ante la OEA desde el tiempo de la recuperación de la democracia, cuando este organismo acordó firmar en Lima la Carta Interamericana, el 11 de septiembre de 2001.
Adrianzén, el flamante embajador, llegó a Washington el 1 de marzo a las 2 de la tarde. Asumía la embajada que dejó vacante Harold Forsyth, quien renunció el 7 de diciembre de 2022 en rechazo al fallido golpe de Pedro Castillo. Al día siguiente, el jueves 2 de marzo, Adrianzén tuvo la primera reunión con el comisionado Stuardo Ralón. Fue a las 3:30 de la tarde, atendiendo una invitación de la delegación de Guatemala que estaba en campaña para conseguir la reelección de Ralón para un periodo más como comisionado de la CIDH. En su agenda aparece así: “Guatemala invita Café con Comisionado Ralón”. Es lo que se estila, las delegaciones ante la OEA hacen la campaña por sus candidatos a la Comisión Interamericana. Esa misma tarde, a las 5, Adrianzén se reunió con su propia candidata, la abogada peruana Julissa Mantilla, quien, como Ralón, buscaba la reelección para un periodo de 3 años. En febrero la Cancillería, entonces comandada por Ana Cecilia Gervasi, había presentado el nombre de Mantilla a la reelección en la Comisión. Los destinos de Ralón y Mantilla se cruzaban, pues los dos buscaban la reelección y los dos tenían que ver con Perú; él como relator especial para el país, y ella, por su origen.
La campaña
Durante los días restantes de marzo, Adrianzén se dedicó a entregar la respuesta del gobierno peruano a los requerimientos de la CIDH y a hacer visitas de cortesía a los embajadores ante la OEA. El 31 de ese mes sostuvo una nueva reunión virtual con la comisionada Mantilla. El lunes empezarían las visitas.
La agenda de Adrianzén, obtenida por Epicentro Tv gracias a solicitud por Ley de Transparencia, revela que entre el lunes 3 y el miércoles 5 de abril, Adrianzén y Mantilla visitaron a 17 embajadores acreditados ante la OEA: desde Estados Unidos hasta Chile, pasando por Bolivia, Belice, Barbados, Uruguay y Paraguay. Fueron tres días de visitas de campaña. No sorprende que no haya tenido reuniones con Colombia y México, pues en ese momento las relaciones estaban en un punto crítico por el apoyo de los dos presidentes a Pedro Castillo, aunque Adrianzén sí había hecho solo una visita protocolar días antes al embajador de Colombia, Luis Ernesto Vargas.
Las visitas conjuntas para pedir el voto a favor de la candidata Mantilla ocurrían mientras el gobierno intentaba morigerar los alcances del informe que preparaba la CIDH, de la que hacía parte Mantilla, quien, por reglamento, estaba impedida de participar en cualquier tema que involucrara a su país de origen, es decir, no podía intervenir en la elaboración del informe ni enterarse de lo que estaba ocurriendo. Mantilla, una profesional con amplia experiencia en materia de derechos humanos y defensa de los derechos de las mujeres, además de expresidenta de la CIDH, era presentada como candidata a la reelección por la Cancillería peruana, encabezada en ese momento por Ana Cecilia Gervasi. Su postulación fue presentada en los turbulentos días de febrero.
Así como ella, también buscaba la reelección el guatemalteco Stuardo Ralón, otro comisionado que tenía un valor muy importante para el gobierno peruano, pues era el Relator Especial para el Perú y responsable del informe final que presentaría la CIDH. Es decir, competían por los votos la comisionada Mantilla, quien no podía intervenir ni a favor ni en contra del país, y el comisionado Ralón, quien tenía en sus manos la elaboración final del informe que tanto angustiaba al gobierno peruano. Explicado de esta manera resulta más fácil entender por qué sorpresivamente el gobierno decidió retirar la candidatura de Mantilla, apenas dos semanas después de una visita exprés del entonces embajador Adrianzén al magistrado Ralón en Ciudad de Guatemala, la capital guatemalteca. Semanas después, cuando se produjo la votación, que es secreta, Ralón no tuvo problemas para ser reelecto. De hecho, es el único comisionado que repite periodo en la CIDH.
Cita en Guatemala
Terminada la ronda de visitas conjuntas, Mantilla regresó a Perú y Adrianzén se puso en marcha para conseguir un encuentro más con Ralón. El 12 de abril a las 3 de la tarde abordó un vuelo con rumbo a Guatemala. Tenía cita con dicho comisionado el 13 de abril, a las 12 del día en Ciudad de Guatemala. Lo curioso es que Adrianzén pidió formalmente las citas con los comisionados el mismo día que viajó a Guatemala, como lo confirma la carta enviada a la Secretaría Ejecutiva de la CIDH. En la comunicación, fechada el 12 de abril, Adrianzén pedía reuniones con los comisionados para “presentar su saludo protocolar”, manifestar “la gratitud de Perú por la labor pasada y presente” y, por último, “reiterar el compromiso del Estado Peruano con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”.
Según la agenda de trabajo, que recibió Epicentro Tv, los temas abordados con el comisionado Ralón en Guatemala fueron, además del saludo protocolar y la gratitud por la gestión, “reafirmar su compromiso con el respeto y promoción de los ddhh en el país, de la mano de las Organizaciones Internacionales con las que el Perú siempre ha colaborado, pese a algunas discrepancias que puedan subsistir – CIDH, OEA, ONU, Departamento de Estado USA”. Adrianzén también le agradeció a Ralón por la aclaración que hizo tras la publicación de una durísima columna de opinión del comisionado Joel Hernández en el diario The New York Times tras la entrevista de la canciller Ana Cecilia Gervasi, en la que admitía que no tenían evidencias de la financiación de mineros y narcotraficantes en las protestas contra el gobierno. Hernández había cuestionado la postura del gobierno peruano y Ralón había matizado sus declaraciones, lo que explica este punto de la agenda de “Agradecer la aclaración del Comisionado Ralón en el tema de las declaraciones del Comisionado Hernández al NYT y la reacción de la que el Perú hace alto aprecio”. Hasta allí queda claro que, en ese momento, la relación de Ralón y Perú pasaba por un buen momento: el comisionado accedió a recibir en su país al embajador e hizo un gesto aclarando a su colega Hernández.
Adrianzén volvió a Washington en la madrugada del sábado 15, y el lunes 17 de abril, a las 10 de la mañana, tuvo una reunión virtual con la canciller.
El miércoles 19 de abril, Adrianzén y Mantilla retomaron la campaña. Tuvieron una reunión con el embajador de Ecuador y, entre el jueves y el viernes, 5 reuniones más para pedir el voto por la comisionada peruana. Ese viernes 21 de abril, Adrianzén logró la segunda reunión con un comisionado de la CIDH, la magistrada Esmeralda Arosemena. Esa fue la única reunión que logró con un comisionado de la CIDH antes de la presentación del informe sobre Perú, adicional a la que tuvo en Guatemala con Stuardo Ralón el 13 de abril.
Según la agenda oficial, Adrianzén tuvo una reunión virtual con el vicecanciller peruano el lunes 24, y el jueves 27 con la canciller y con el presidente del Consejo de Ministros. El viernes 28 a las 9 de la mañana, el embajador se reunió con el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Antes del mediodía del 28 de abril se dio a conocer la carta formal en la que Perú anunciaba la decisión de retirar la candidatura de Julissa Mantilla a la reelección en la CIDH.
En un mensaje posterior en su cuenta de X, la comisionada Mantilla hizo saber que se enteró por los medios de comunicación de la decisión del gobierno de retirar su candidatura. Y en su comunicado advierte que nunca infringió la norma que le impide participar en temas relativos a su país de origen. A buen entendedor, pocas palabras: ¿el retito de la candidatura tenía que ver con el cumplimiento de ese impedimento? Le pidieron desde el gobierno que se enterara o ayudara con el informe sobre Perú. Mantilla ha guardado reserva sobre ese asunto pero el comunicado fue elocuente.
En la respuesta enviada a una consulta hecha por Epicentro Tv sobre los motivos del retiro de la candidatura de Mantilla, la Cancillería informó que fue una decisión tomada en cumplimiento de las atribuciones del Ministerio de Relaciones Exteriores y que en las campañas se analizan las posibilidades y las conveniencias: “estos análisis se hacen en base a las posibilidades de ocupar las vacantes disponibles en los foros internacionales, así como de los intereses y objetivos de la política exterior peruana”.
Ya sin Mantilla en carrera, el camino para la reelección de Ralón estaba allanado. El 3 de mayo, Ralón sustentó el informe sobre Perú y el 23 de junio de 2023 logró ser el único comisionado reelegido por 3 años más. Ralón obtuvo 24 votos, que son secretos. No es difícil suponer que uno de ellos provino de Perú, aunque nunca se tenga la certeza. Tampoco se sabrá si uno de los 15 votos que obtuvo el viernes pasado el abogado Alberto Borea provino de Guatemala, como sostienen fuentes cercanas al sistema interamericano. Este parece ser un verdadero triunfo de la política modelo Boluarte donde la lealtad pesa más que el mérito.
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Redacción Epicentro
