Cada diez minutos una mujer adolescente queda embarazada en el Perú.

Dadas las cifras, acaso el objetivo más urgente de la llamada Educación Sexual Integral, que aquí vemos como, agentes comunitarias de Flora Tristán, imparten en colegios como José Carlos Mariátegui, o el Mariano Santos, ambos en la provincia de Quispicanchi en Cusco, es que sirva para evitar, reducir, los embarazos de mujeres adolescentes.

Tania Zárate es una agente comunitaria. Más de 1000 adolescentes entre hombres y mujeres son alcanzados por la educación sexual integral en este esfuerzo conjunto de Flora Tristán y la Mesa de Concertación de Lucha contra la pobreza que, al menos en esta provincia, compensa las carencias de un sistema oficial bajo asedio permanente de grupos conservadores con mucho poder político. Los propios adolescentes como Jenifer Cancina, de 16 años, nos lo pueden contar.

Jenifer quien se encuentra cursando el 5to año de secundaria, nos cuenta las dificultades de no poder conversar sobre temas sexuales en el hogar.

Sí, vivimos en un crimen. El embarazo adolescente en el Perú sigue siendo un problema de salud pública y se ubica entre las 4 primeras causas de muerte de adolescentes entre 15 y 19 años de edad, según la OMS. De otro lado, en niñas y adolescentes menores de 15 años, el riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo es hasta 3 veces superior al de las mujeres que superan los 20 años. Siendo la región Ucayali, la que tiene una mayor prevalencia de embarazo adolescente, puesto que el 2021 pasó del 14 al 25%.

Vidas tempranamente truncadas, repitiendo un patrón de pobreza, desigualdad y discriminación en el Perú y, en general, América Latina, es la región del mundo con la tasa más alta de fecundidad en mujeres menores de 15 años. Reforzar la educación sexual es fundamental, lo recalca la actual defensora del pueblo Elliena Revollar. Sobre todo porque los gobiernos regionales y las autoridades locales poco o nada han hablado de la Educación Sexual Integral en esta última campaña.

Según el INEI, en las áreas rurales de nuestro país, la tasa de fecundidad de adolescentes entre 15 y 19 años es del 80% por cada 1000 mujeres, y en las áreas urbanas 32%, en suma, cada diez minutos una adolescente queda embarazada en el Perú.

Pero, no solo son mujeres las destinatarias de esta información crucial para protegerse tanto de los embarazos como de los abusos sexuales, los adolescentes hombres como Yaset Almigón, también son un objetivo crucial en este esfuerzo.

Hablamos de, acaso el problema social más grave de todos, puesto que sumado a la mortalidad materna compromete derechos humanos como el derecho a la vida misma, el derecho a no ser torturada, el derecho a la salud física y mental, y el derecho a la educación.

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