Son las 7 y 47 de la noche del 9 de febrero, día de una de las marchas más violentas en el centro de Lima contra el gobierno de Dina Boluarte. En la cuadra 1 del jirón Lino Cornejo, dos manifestantes lanzan gritos a un grupo de policías. Al parecer, quieren decirles que hay un incendio y señalan con el dedo hacia la casona Marcionelli, ubicada a una cuadra y media de allí.

La cámara municipal se concentra en otro manifestante que lanza piedras, protegido con una calamina.

Treinta segundos después, casi no quedan manifestantes en esa cuadra del jirón Lino Cornejo. Al parecer, han ido a ver el incendio.

La grabación completa de la cámara de la Municipalidad de Lima ubicada cerca de la casona Marcionelli, no es concluyente para establecer qué originó la deflagración de este histórico inmueble.

Sin embargo, sí permite reconstruir parcialmente los hechos previos y contrastarlos con la versión oficial que inicialmente sostuvo, con más prejuicio que evidencia objetiva, que el incendio había sido provocado por los manifestantes.

Las imágenes completas, obtenidas por Epicentro Tv mediante una solicitud por Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, revelan otro matiz, otros ángulos de esta historia escrita con fuego y cenizas.

Aproximadamente a las 7:30 de la noche del 9 de febrero, la cámara municipal apuntaba a la intersección de los jirones Lino Cornejo y Contumazá. Los manifestantes se habían refugiado de la policía en esas calles y caminaban de un lado a otro sin mayor apremio; sobre todo, iban hacia donde se cruzan el jirón Lino Cornejo y la avenida Lampa, como esperando la arremetida policial.

Al otro lado de la avenida Lampa, otro grupo de manifestantes también se ocultaba del alcance de las bombas lacrimógenas. La cámara pasaba de blanco y negro a colores, y viceversa. Tres minutos después, la agitación aumentaría.

Fue cuando se dispararon proyectiles luminosos desde la avenida Lampa hacia el jirón Lino Cornejo. Dos de ellos fueron en zigzag, chocando en las fachadas de viejas casonas, y un tercero, que se ve en el lado derecho de la pantalla, fue lanzado frontalmente. Los dos primeros cayeron cerca del cruce de Lino Cornejo con Contumazá y empezaron a humear, provocando que varios corran.

Uno de los manifestantes toma uno de los artefactos y corre hacia Lampa para lanzarlo a la policía.

Otro intenta controlar el segundo artefacto, que da vueltas en el piso. Lo toma y hace lo mismo que el anterior.

La tercera aparente bomba lacrimógena no puede ser controlada. Algunos apuran el paso.

Alguien la toma con la mano y parece que la introduce en un recipiente que luego cierra, y se va.

El humo se ha elevado hasta la cámara municipal.

En la avenida Lampa, en el lado izquierdo de la pantalla, un objeto con luminosidad e incandescencia sale disparado, choca en una pared y cuando va a empezar el zigzag, se apaga. El grupo que está en ese lugar retrocede unos metros.

Otro disparo luminoso sale desde Lampa, por el lado izquierdo de la pantalla.

En ese instante, un manifestante cruza la calle Lino Cornejo, y cerca a él, otro objeto luminoso sale desde el lado izquierdo.

Por el lado derecho de Lampa, avanza a ras del piso una bomba lacrimógena que echa humo y luego humea mucho más.

Veinte segundos después, caen más bombas en el mismo lugar y los que están en el cruce con la avenida Lampa se alborotan.

Una humareda considerable se forma en el cruce de ambas vías. A partir de ese momento, todo se va a alterar.

A las 7 y 40 de la noche, aproximadamente, uno de los manifestantes empieza a romper la pared de adobe de una de las casas del jirón Lino Cornejo. No hay que perder de vista que la casona Marcionelli está a espaldas de ellos, a una cuadra de distancia.

Otros más se suman a la destrucción de la pared para extraer pedazos de adobe para lanzar a la policía.

Casi a las 7 y 44 de la noche, la cámara vuelve a ponchar el cruce con la avenida Lampa. Al otro lado, ya no está el otro grupo de manifestantes. En su lugar, han tomado posición seis policías.

Por el lado izquierdo de la pantalla, hace su aparición un policía con lanza bombas lacrimógenas, y hace el ademán de disparar. Parece tomar posición para disparar, pero, en ese momento la cámara panea hacia otro lugar.

Un manifestante posicionado en el cruce con la avenida Lampa intenta recoger su casco y un gas lacrimógeno pasa cerca suyo. La cámara amplía su visión y allí se ve que por el suelo de la avenida Lampa ruedan tres bombas humeantes más.

A las 7 y 46 de la noche, algunos de los que están en la fachada de la casa a la que le arrancaron un pedazo de pared voltean hacia atrás y fijan su mirada en dirección a la casona Marcionelli.

Pero el operador de la cámara sigue concentrado en el cruce con Lampa. Los seis policías del otro extremo de la avenida se mueven en posición defensiva, cuando algo luminoso pasa velozmente por la avenida, de derecha a izquierda.

Las imágenes pasan nuevamente al blanco y negro. Este parece ser el momento en el que se advierte que hay fuego considerable.

Eran las 7 y 47 de la noche. Dos manifestantes parecen querer decir algo a los policías, al parecer, quieren alertarlos del incendio. Voltean y señalan con sus dedos hacia la casona. Lamentablemente, de nuevo, la cámara municipal se concentra en otros detalles.

Treinta segundos después, los manifestantes que estaban en ese sector casi han desaparecido. En realidad, han corrido hacia la casona, que ya estaba ardiendo.

La policía entra al jirón Contumazá, casi sin resistencia, y apalea a los pocos que quedan.

Recién en ese momento, la cámara municipal hace el giro de casi 180 grados y enfoca la casona Marcionelli. El incendio ya era incontrolable en ese momento. La cámara no ha podido captar el momento del origen del desastre.

El plano de la cámara se abre. Allí se observa al grueso de manifestantes, frente a la casona que ardía.

Ahora apunta hacia la calle. Hay manifestantes y brigadistas cerca a la casona Marcionelli.

Ya no se observa a ningún policía.

A las 7 y 58 de la noche llegan caminando los primeros bomberos, aún sin sus vehículos.

Cunde la desesperación de quienes van a perder sus pertenencias, total o parcialmente.

Otros, sacan lo que pueden

El primer camión de bomberos llegará a las 8 y 3 de la noche. Pero no tendrá presión de agua.

Los bomberos conversando, diciendo que no hay presión.

Media hora después de iniciado el incendio, aparece por el jirón Contumazá un contingente de policías marchando en dos filas. Camina hacia la misma cuadra del incendio, en Lino Cornejo, pero pasa de frente. No se va a quedar en el lugar.

Casi a las 8 y 30 de la noche, este joven salvaba algunas cosas antes de que el fuego se las tragara. Sus vecinos lo ayudaban a arrumarlas en la calle.

Es el mismo joven que con un resto de cartucho de bomba lacrimógena en la mano, le daría esa misma noche a Epicentro Tv un breve pero doloroso testimonio.

-¿Esa es la bomba que has agarrado en tu techo?

Esto es lo que han estado tirando acá. Al momento en que hemos sacado nuestras cosas nos han tirado lacrimógenas los policías. El momento en que hemos estado sacando nuestros bienes de adentro… los conchesumadres nos siguen tirando lacrimógenas, he tenido que salir gritando.

Pese a los esfuerzos de los bomberos, por varios, varios minutos, se enfrentan al fuego sin agua y sin presión.

-Un bombero habla por radio: No hay agua, Javier, no hay agua… No hay agua.

-Otro bombero: ¡No me están mandando presión! Que me manden presión, que me manden. ¡Que te manden cien libras!

-Bombera: Ya le avisamos que no estén ahí, que retrocedan porque no hay agua.

-Bombero No hay agua todavía [ininteligible].

-Voz por radio: En la máquina 8 no hay agua; de la 8-1 a la 3-1, no hay agua.

Después de las 8 y 30 de la noche, puede llegar recién la unidad de bomberos apropiada para combatir el fuego que ya destruye sin piedad la casona.

-Miguel Piedra: Recién llega el agua.

-Bombero: Sí.

A los diez minutos casi ocurre una nueva desgracia. La cámara municipal poncha el momento en que el bombero trepado sobre el escalerón, casi tocado por la llamarada que provoca el derrumbe de la fachada de la casona. Por fortuna, salió ileso.

Casi a las 10 de la noche llega al lugar el ministro del Interior, Vicente Romero.

El camarógrafo Miguel Piedra, quien registraba estas imágenes para Epicentro Tv, le habla de los damnificados del incendio. Así le responde el ministro del Interior.

-Ministro, hay damnificados que han venido acá y están ahí esperándolo.

-¿Cómo?

-Hay damnificados acá, manifiesta la gente que se ha quedado allí.

-¿Damnificados? Yo creo que los especialistas son ellos, ellos son los que tienen que manejar el tema… Bueno, ¿dónde es?.

El ministro del Interior vino, vio, caminó sobre una parte de los escombros, y se fue. Los damnificados no pudieron hablar con él.

Hoy, las estructuras calcinadas de la vieja casona siguen allí, guardando aún el secreto del origen del incendio. Las imágenes de la Municipalidad de Lima no demuestran que los manifestantes lo provocaron, como dijeron autoridades ediles. Tampoco prueban que lo ocasionaron los proyectiles o las bombas policiales.

Lo que nos muestran, por ahora, las imágenes, son los hechos y la forma en que estos evolucionaron y escalaron en pocos minutos esa aciaga noche.

Queda que la Fiscalía revise las imágenes de la cámara que apuntaba precisamente en dirección a la vieja casona, cuya propietaria es la empresa Jaamsa, del regidor por Renovación Popular, Julio Gagó, o las de esta otra cámara, que pertenece a la Cooperativa San Isidro.

Y, claro, también es clave lo que han visto los testigos. A Epicentro Tv, varios de ellos le contaron una historia distinta a la oficial. Porque, de eso se trata, de poner bajo la lupa todas las versiones, incluso la oficial.

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