Cometierra, la novela prohibida por los conservadores que todos deberíamos leer
25N, la fecha en la que se conmemora el día internacional de la violencia contra la mujer nos recuerda que hay grupos conservadores que quieren silenciar la lucha de las mujeres. Se ha iniciado en Argentina una feroza campaña contra la novela Cometierra, de Dolores Reyes, que aborda el tema de las mujeres desaparecidas. En Perú, solo hasta julio desaparecieron 3.780 mujeres. Hay que leer esta novela como una forma de resistencia.
Padres de familia de un colegio de Mendoza, Argentina, llegaron a la conclusión de que deben prohibir la lectura de Cometierra, la extraordinaria novela de la escritora y profesora de primaria Dolores Reyes, porque el relato tiene escenas "pornográficas". No es ni la primera ni será la última vez que la mojigatería intenta imponerles a los demás su ignorancia y alejarlos de los libros, como claramente ellos también han estado.
Cometierra es una novela escalofriante que cuenta un horror: el de las mujeres desaparecidas en Argentina. El drama de la violencia de género, del silencio cómplice de las autoridades, del ensañamiento de los hombres y de la complacencia social con una realidad que debería impedirnos dormir.
El registro oficial de personas desaparecidas en Argentina tiene 5.606 mujeres, la mayoría de ellas, 3.482, niñas y adolescentes. Una realidad que padecemos en Perú, en donde la Defensoría del Pueblo reportó que solo entre enero y julio de 2024 hubo 3.788 notas de alerta de mujeres reportadas como desaparecidas ante la Policía Nacional, también la mayoría de ellas son niñas y adolescentes.
La novela de Dolores Reyes, a quien entrevisté hace un año en Hay Festival Arequipa, cuenta la historia de una joven que tiene una alucinante manera de encontrar a los desaparecidos: come tierra en lugares por donde ha pasado la persona a la que buscan y entra en una especie de trance que le permite ver donde está. El nudo de la historia es que a las mujeres las encuentra tarde, porque a las mujeres las matan pronto.
Cometierra tiene una segunda parte, que es tan buena como la primera, titulada Miseria. El tema de la desaparición de mujeres también es gravitante en la novela, pero agrega una dosis de esperanza y de fe en la vida.
Lo que temen los conservadores
Un grupo de conservadores argentinos denunció penalmente a un profesor y a los directivos de una escuela de Mendoza en donde habían incluido Cometierra en la lista de libros sugeridos para las lecturas de estudiantes de secundaria. Según los padres conservadores, lo inaceptable es que el libro contiene dos párrafos donde se describe una relación sexual.
La censura llegó a Buenos Aires, en donde el director de cultura y educación fue denunciado por incluir Cometierra en el Plan Identidades Bonaerenses, que entrega libros a las bibliotecas escolares. El argumento es que "los chicos no están preparados para entender estos textos". Y claro, si les quitan el acceso a libros estarán menos preparados para entender nada.
El escándalo ha sido tan desproporcionado, que líderes de opinión de todo el país han defendido la lectura y han llamado la atención sobre el hecho de que cada vez más los jóvenes tienen acceso a contenidos mucho más explícitos que los dos párrafos del libro de Reyes.
En defensa de Cometierra
Este viernes, la escritora argentina Leila Guerriero, publicó una columna en el diario El País en defensa de la libertad y de la lectura. Entre otras cosas, la también periodista planteó lo siguiente: "por qué, entonces, les escandaliza, en una gran obra, una escena de sexo? La respuesta es antediluviana: les produce espanto que los adolescentes se exciten. Que el sexo no sea solo reproducción o "tema de salud", sino placer. Acá, malas noticias: los adolescentes ya se excitan, con o sin libros".
En el diario Página 12 de Argentina, la escritora Irene Vallejo también salió en defensa de Reyes y de Cometierra. En una columna titulada La tentación vive entre líneas, Vallejo sostuvo que "la literatura es, a veces, un temerario intento de escribir bien sobre el mal. Tal vez por eso un halo de sospecha envuelve a quienes se aventuran en las perniciosas páginas de los libros, frecuentado compañías tan poco recomendadas como la violencia, la perversión, el vicio y la indecencia moral."
Dolores Reyes, la autora de Cometierra y Miseria, se presentó este domingo en un conversatorio y habló por primera vez sobre el ataque contra su libro. Reyes dijo que "Cometierra es una forma de narrar un pedido de justicia: una chica que falta, una historia que fue silenciada, y por lo tanto no escuchada. El silenciamiento es una de las armas más efectivas de la violencia de género". Y eso es lo que quieren ahora: silenciar a gente como Dolores que no quiere callar.
Recientemente, en entrevista con Hora de Leer, Irene Vallejo, la inigualable autora de El Infinito en un Junco, sostuvo que censurar libros (una práctica por cierto ancestral) nunca ha funcionado porque la prohibición genera más deseo y agregó que actualmente los niños tienen acceso a mucha información sin control en las redes sociales, a violencia explícita e incluso a pornografía y que la lectura fortalece para enfrentar la vida real.
Los llamados "libertarios" argentinos y otros grupos conservadores y radicales quieren silenciar a Dolores Reyes. En las manos de los lectores está impedir que los ignorantes, conservadores y radicales lo logren. Lean Cometierra, lean Miseria, o lean lo que quieran, pero no acepten imposiciones de gente que odia los libros y el pensamiento crítico.
Esta es la entrevista que hace un año, en Hay Festival Arequipa me concedió Dolores Reyes, la autora de Cometierra.
Clara Elvira Ospina Garzón
Periodista colombiana con 30 años de experiencia. Fue directora de Noticias RCN en Colombia y de América Televisión y Canal N en Perú.