Un ministro para comérselo 

¡Está para comérselo! Está para comérselo con gula y sin culpa. Cada vez que el ministro de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Ángel Manero, abre la boca, el mundo saliva, se relame y saca su yo caníbal. Realmente está para comérselo, no a bocados, sino a lo boa constrictor. La pobreza extrema asfixia al 29 por ciento de los peruanos, y según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) 17 millones, más del 51 por ciento de la población está en situación de inseguridad alimentaria. Pero no hay manera de que Manero se conecte con la realidad, vive en su particular bacanal con buffet libre. 

Frente a esto primero dijo: "yo no ceno ningún día y estaría catalogado por la FAO como en riesgo alimentario", muchas personas practican el ayuno por voluntad no por necesidad, luego soltó que: "en el Perú no se pasa hambre, en todos los rincones del país se come de manera contundente". Acotó, eso sí, que quizás no con calidad, pero sí "taipá". Esto le ha valido un pedido de interpelación en el Congreso, pero lejos de pedir perdón por el insulto a los millones de estómagos con hambre, en sus últimas declaraciones ha dinamitado toda posibilidad de perdón. 

"Yo provengo del lado rural del país, del lado pobre, de un caserío entre Imperial y Nuevo Imperial en Cañete. Trabajo en una chacra desde los siete años, ahora hay una connotación negativa sobre el trabajo infantil, pero nosotros trabajábamos felices en la chacra. Y la frase de mi abuelo "solo los flojos pasan hambre"; sin duda, si la decimos a nivel nacional es terrible, pero a nosotros internamente nos funcionaba para salir adelante, a trabajar duro como familia impulsados por el abuelo. Esas frases se nos van quedando en el inconsciente, solo los flojos pasan hambre, el peruano no es flojo, en el Perú no hay hambre, pero ciertamente dicho en una tribuna a nivel nacional suena poco empático. Yo no soy confrontacional, me disculpo con todas las personas que se hayan sentido ofendidas por esa frase, pero no es la intención. Al final esas frases se convierten en gritos de guerra cuando alguien quiere salir de la pobreza", sostuvo ante el Congreso.

Su abuelo merece todos los respetos del mundo, todos. Él no. Esos panes con soledad, esas sopas de agua con dos fideos nadando, esos pollos que se parten, con suerte, en 100 pedazos, esos arroces de arroz, ese irse a dormir con un hueco en el estómago, eso de trabajar 18 horas al día y que la leche sea un lujo, esa desnutrición infantil que es una fábrica de ciudadanos de cuarta categoría... eso no va con él, ni con su gobierno.  

"El hambre es un tema circunstancial, es el llamado biológico de la naturaleza hace miles de años que impulsa al hombre hacia adelante. Cuando el hombre empieza a sentir hambre, empieza a reaccionar, empieza a mejorar las cosas. Pero ciertamente hay un sector vulnerable que tiene alta probabilidad de pasar hambre. Hay personas en orfandad, personas abandonadas, hay personas que por cuestiones de salud no pueden salir a buscarse el pan y hay diferentes situaciones que nos hacen ver que en el Perú hay una población vulnerable". 

Lo que sí es circunstancial es él y sus llamados biológicos. 

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