El Perú es uno de los países con tasas más altas de feminicidio. Según el reporte de Ley y Orden (GLO) de Gallup del 2019, el Perú ocupa el puesto 121 en una lista de 142 países evaluados. Lo que significa que nos ubicamos dentro de las 10 naciones más inseguras del mundo para las mujeres.

En 2021 147 mujeres fueron asesinadas y alrededor de 5 mil, reportadas como desaparecidas. En noviembre del 2015, se aprobó la ley 30364 que tiene como objetivo prevenir, sancionar y proteger a las mujeres de  casos de violencia, pero los crímenes contra las mujeres continúan. La justicia no llega.

El domingo 23 de enero, Nadelyn Angela Mamani fue a reunión familiar en la casa de su tío en San Juan de Lurigancho. Se junto con su hermana y su prima. Las tres eran muy cercanas, así que comenzaron a bailar y a hacer bromas.

Pero, Nadelyn no estaba sola. La acompañaba Moisés Alessandro Chumpitaz, un chico al que acababa de conocer hacía aproximadamente una semana. A diferencia de Nadelyn, él no habló con nadie, no bailó, ni brindó. De hecho, se quedó dormido y eso provoco una discusión.

Esa fue la última vez que Zully Mamani vio a su hermana con vida, pero a eso volveremos en un rato.

Ruby Rodríguez no llegó a tiempo para salvar la vida de su hermana Iveth ni la de su sobrina Ximena de 4 años. Ella denuncia que Luis de la Vega Bados las asesinó cruelmente el pasado 03 de mayo en su departamento en Ambo, en Huánuco. Primero se ensañó con la pequeña y después, Luis mató a la madre.

Con 30 años, Iveth se preparaba para ser odontóloga y eso no le gustaba para nada a Luis, que también la acusó de haberle sido infiel y de malos tratos. Una excusa habitual.

¿Qué es el feminicidio? ¿Por qué se diferencia de un homicidio simple?

La CEDAW lo define como un acto “que se dirige a ella porque es mujer” y la convención BELEM DO PARA explica que es “una conducta que causa muerte a la mujer y se basa en su género”. Dicho en otras palabras y para entenderlo mejor, académicos, concluyen que el feminicidio es la reproducción de una estructura social de dominación masculina. Las mujeres son asesinadas no por algo que hayan hecho, sino por lo que otros perciben que son.

A Merary Alabarrán Rodríguez, de 45 años, la hallaron muerta el pasado 21 de febrero en un hotel de Laredo, en la ciudad de Trujillo. Fue Carlos Horna, su pareja, quien durante ese día, en la madrugada, acudió a la comisaría para reportar que Merary se había suicidado.

Merary conoció a Carlos Horna a través de redes sociales en 2020. Al poco tiempo, se mudaron de Trujillo a Piura con los hijos menores de ella. Así pasaron seis meses en los que Kerem no supo mucho de su mamá. Cuando se volvieron a ver, se percató que ella siempre se ponía muy nerviosa cuando Carlos la llamaba. Él le preguntaba donde estaba, qué hacía, le exigía que haga siempre una videollamada.

Al inicio de este video, te contamos que el día de la fiesta fue la última vez que Zully vio a Nadelyn con vida. Esa misma noche, ella regresó a casa con Alessandro. Horas después le dijeron a Zully que su hermana se había suicidado.

Es importante entender que el feminicidio es el último eslabón de una cadena de violencia que a menudo es normalizada. Nos parece cotidiano los celos, la manipulación y el control en una relación de pareja. Josefina Miró Quesada quien acaba de publicar el libro “Ser Mujer en el Perú”, lo explica así.

Naidelyn, Iveth y Medary eran mujeres extrovertidas, llenas de vida, alegres, conversadoras, que fueron asesinadas por hombres más bien, retraídos, antisociales, inseguros. Luis de la Vega Bados y Carlos Horna están bajo prisión preventiva mientras que Alessandro Chumpitaz fugó  a Estados Unidos dos días después de que encontraran el cadáver de Naidelyn. Justicia para ellas y para todas. Ni una menos.

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