Una fiscalía está a punto de pronunciarse por el caso de la muerte de un recién nacido. La madre denuncia que durante la atención del parto, el médico de la clínica le produjo daño cerebral severo. Susalud ha concluido que el infante tuvo “lesiones severas” y ha multado al centro con más de S/ 2 millones.

Gitla Hochman parece una médico obstetra cuando le preguntan por el nacimiento y la pronta muerte de su bebé, hace cinco años. Tuvo que aprender conceptos médicos sobre el proceso de parto y las negligencias médicas.

Debió empaparse obligatoriamente de literatura especializada para entender por qué su hijo nació con un grave daño cerebral y murió a los siete meses, pese a que durante su embarazo no registró complicaciones.

Ella está convencida de que su hijo murió por una negligencia médica ocasionada por el galeno que trató su embarazo en la clínica privada Montesur. Con ese convencimiento, ella y su abogado denunciaron penalmente al médico Erle Mongru, y hoy, Gitla Hochman se encuentra a la espera de la decisión que tome el Ministerio Público.

“Mi bebé falleció en julio del 2019 debido a un daño cerebral severo y a las secuelas del daño cerebral severo que le ocasionó (el médico) Erle Mongrut en la clínica Montesur. Él me hizo dar a luz allí y fue el encargado de todas mis consultas prenatales”, dijo en diálogo con Epicentro TV. Hochman denuncia que hasta hoy “la clínica no paga ni un solo centavo”.


En febrero del 2019, dos meses después del nacimiento de su bebé, Gitla Hochman denunció a la clínica Montesur por una presunta inadecuada atención médica realizada tanto a ella como al recién nacido, que en aquel momento estaba vivo, pero tenía daño cerebral.

Primero lo hizo ante la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) y después ante el Cuarto Despacho de la Segunda Fiscalía Corporativa Penal de Santiago de Surco-Barranco.

Lo que a continuación relata Gitla Hochman está respaldado por la Resolución Nº 5 de SuSalud, que recoge los términos de su denuncia y las conclusiones a las que arribó el organismo supervisor de los servicios de salud.

La denuncia de Gitla

Según la resolución de la superintendencia, el 27 de noviembre de 2018, cuando se encontraba en la semana 38 de gestación, acudió al servicio de emergencias de la clínica Montesur debido a que presentó un episodio de disminución de movimientos fetales.

La mañana del 3 de diciembre, la señora Hochman volvió al área de emergencias de la misma clínica porque emanaba un líquido por la vía vaginal y tuvo que ser hospitalizada bajo el diagnóstico de parto prolongado.

A las 11 de la mañana de ese día, el médico gineco obstetra que la atendió informó que Hochman tenía “ruptura de membranas con líquido amniótico por Test de Helecho positivo y pródromos de trabajo de parto”.

Por la noche, la obstetriz identificó que había un episodio de desaceleración cardiaca, por lo que en la madrugada, Hochman tuvo que ser llevada a la sala de partos. A las 2 de la mañana nació su bebé, J.H.L., por parto vaginal, pero sin latido cardiaco. Sufrió una asfixia severa, por lo que tuvo que ser trasladado a la clínica San Felipe.

El diagnóstico del pequeño fue, de acuerdo con la resolución de Susalud, de asfixia severa, síndrome convulsivo, insuficiencia renal y probable sepsis. Por ello, debió permanecer en la unidad de cuidados intensivos.

Siete meses después, el recién nacido falleció.

Para Gitla Hochman, todo el proceso al que fue sometida fue de incertidumbre, ya que no recibió explicaciones ante las alertas sobre su parto, cuando fue ingresada a la clínica. Ella asegura que los galenos la responsabilizaron por la muerte de su bebé, alegando que “no pujó bien”.

“Dentro de todo el proceso en SuSalud me han atacado con argumentos de violencia obstétrica diciendo que mi bebé se murió porque yo no pujé bien, cuando el sufrimiento fetal y el daño cerebral de mi bebé está comprobado desde un día antes de que me llevaran a sala de partos”, señaló Gitla Hochman a este medio.

El fallo de Susalud

Hochman acudió a Susalud para denunciar al médico y a la clínica. Les atribuyó responsabilidad por las lesiones graves y la muerte de su pequeño, por la atención que recibió –que califica de “mala”– y por “violencia obstétrica”.

En septiembre del 2021, tras escuchar los descargos de la clínica y la denuncia de Gitla Rachel Hochman Giurfa, Susalud resolvió el caso, imponiendo seis multas  administrativas a la clínica Montesur por seis hechos imputados en su contra.

En esta instancia, Susalud también decidió absolver a la clínica en cinco de los hechos imputados.

Estos hechos son el presunto incumplimiento de la solicitud del consentimiento informado por escrito a Hochman, previa a la realización de los procedimientos médico quirúrgicos; el de la supuesta falta de entrega de la información requerida por Susalud en los plazos determinados; el del incumplimiento del deber de idoneidad brindado a la paciente; el de la presunta postergación injustificada del acceso de los usuarios a las prestaciones de salud; y el de la falta de soporte de oxígeno post retiro de ventilación mecánica al recién nacido.


SuSalud sí sancionó con multa por presunta falta “muy grave” la identificada en el hecho número 9, que dice:

“La denunciada (clínica Montesur) no habría actuado con diligencia en la atención de parto al no haber realizado un monitoreo fetal continuo en la fase expulsiva, lo que impidió a que se identifique el riesgo de vida y salud del feto, conllevando a que nazca deprimido, flácido, cianótico, con secreción meconial, con un apgar de 1 al minuto y 2 a los 5 minutos. Demuestra sufrimiento consecuentemente, no lo habría intubado ni tampoco le habría realizado la reanimación neonatal avanzada o iniciado medicamentos  en sala conllevando presente severa de encefalopatía hipóxico-isquémico (EHI)”.


Epicentro Tv ha buscado durante varios días entrevistar a los representantes de la clínica Montesur, sin éxito. La clínica Montesur no devolvió nuestras comunicaciones de pedido de entrevista, realizadas desde el lunes 29 de abril, como tampoco las preguntas que les remitimos vía email y whatsapp.

Tras el fallo de Susalud, la clínica apeló y logró que se declare fundado su pedido en parte “en el extremo de la comisión del Hecho Imputado No 3 (Sub hecho No 3C y 3D)”. Es decir, Susalud había sancionado a la clínica por no valorar el Test de Bishop y realizar una evaluación del perfil biofísico fetal de acuerdo a la Guía de Práctica Clínica para la Atención y de Procedimientos en Obstetricia y Perinatología del Instituto Materno Infantil.

Sin embargo, la clínica apeló asegurando que ambos procedimientos siguieron lo estipulado en las Guías de Práctica Clínica para la Atención de Emergencias Obstétricas, que era lo que correspondía en este caso. Tras esa aclaración, Susalud le dio la razón a la clínica en ese punto.

Finalmente, en marzo de 2024, en segunda y última instancia administrativa, el Tribunal de SuSalud se pronunció declarando infundada la última apelación interpuesta por Montesur, confirmando sustancialmente la resolución previa. Con dicha decisión, SuSalud dio por agotada la vía administrativa.


Entre las faltas administrativas sancionadas con multa por SuSalud está el hecho de que, a pesar de que a la paciente se le administró analgesia y anestesia epidural y se la mantuvo durante más de una hora en período expulsivo, “no se habría evaluado la necesidad de realizar una cesárea o un parto instrumentado, conforme lo establece la Guía de Referencia Rápida, Vigilancia y Manejo del Trabajo de Parto en Embarazo de Bajo Riesgo-201421”.

Además, según Susalud, la clínica le habría realizado a la paciente la maniobra de Kristeller sin tener en cuenta –dijo– los riesgos reales que este procedimiento presenta. Asimismo, Susalud no advirtió que se hiciera un diligente y continuo monitoreo fetal durante el trabajo de parto, a efectos de evaluar de manera constante el bienestar fetal y evitar –según la resolución– un sufrimiento fetal prolongado con consecuencias fatales en el recién nacido.

“En la atención de emergencia de las 8:30 horas del 3 de diciembre de 2018, realizada por médico ginecólogo, se habría omitido realizar una evaluación clínica completa a la paciente (anamnesis incompleta, no se evidencia examen físico), así como tampoco se habría consignado la prioridad de la atención, el plan de trabajo, la indicación del test no estresante, exámenes solicitados, tiempo de reevaluación, indicaciones que deberían de consignarse, a efectos de brindar una prestación de salud idónea y de calidad”, determinó el Tribunal de Susalud.


Según la Superintendencia de Salud, la clínica Montesur también habría omitido consignar en la historia clínica la hora de la pérdida de líquido amniótico, tanto en la atención de las 8:30 horas, de las 8:45 horas (centro obstétrico), de las 9:30 horas, de las 10:30 horas y en el resto de las evaluaciones del 3 de diciembre de 2018.

Asimismo, tampoco se le habría realizado una ecografía obstétrica a la madre  para verificar la cantidad de pérdida de líquido amniótico, conforme a la normativa. Todas las faltas administrativas atribuidas a la clínica resultan en una multa de 388.97 UIT, es decir, más de S/. 2 millones.

“Es violencia obstétrica”

Epicentro Tv puso en conocimiento de este caso –sin precisar los nombres de la paciente denunciante, del médico tratante, ni de la clínica– a la decana regional del Colegio de Obstetras de Lima y Callao, Ginger García, y le solicitó su opinión especializada.

La obstetra aseguró que la maniobra de Kristeller, utilizada en el parto, y que SuSalud sancionó, data del año 1800 y ya no es utilizada por los profesionales de salud.  

“Es una maniobra que data de la mitad de 1800 a 1860, más o menos. Consiste en presionar el fondo del útero, para, de esta manera, tratar de empujar para que salga el feto. Pero es una maniobra que hoy por hoy se ha demostrado que le ocasiona o que le podría ocasionar más perjuicio al feto, a la mamá, porque puede haber una ruptura uterina”, sostuvo la decana del Colegio de Obstetras.

Esta maniobra es una práctica no recomendada por la OMS en su guía para los cuidados durante el parto.

Asimismo, la especialista resaltó que en estos casos es necesario que exista un plan de parto para hacer un buen control prenatal y para evitar que ocurran casos como el de Gitla Hochman.

“Cuando el profesional de la salud hace una atención que no contempla un buen control prenatal, que no contempla un buen control del bienestar fetal, obviamente, tengo muchas más posibilidades de que esto se complique, y no hay ninguna sanción económica que pueda regresar a la vida y que pueda regresar la situación en este caso de la mamá”, expresó la decana.

Gitla Hochman y su esposo también denunciaron penalmente a la clínica Montesur y al ginecólogo Erle Mongrut por el presunto delito de homicidio doloso, ante el Cuarto Despacho de la Segunda Fiscalía Corporativa Penal de Santiago de Surco-Barranco, a cargo del fiscal Nilo Paredes Chávez.

El fiscal consideró investigarlo por presunto homicidio culposo, aunque aún no decide si presentará acusación ante el Poder Judicial, o pedirá el archivamiento del caso.

Hochman también informó que denunció al fiscal Paredes Chávez por no remitir al Instituto de Medicina Legal su historia clínica ni las resoluciones de SuSalud, algo que –según considera– podría perjudicarla en el proceso penal.

Debido a esta denuncia, a inicios de abril pasado la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público dispuso iniciar indagación preliminar contra el referido fiscal, por un periodo de treinta días.

La clínica Montesur, como señalamos, no atendió nuestros reiterados requerimientos de entrevista. Tras los primeros contactos, un vocero de imagen institucional del centro médico manifestó que no darían ninguna entrevista grabada. Luego de ello, remitimos preguntas por escrito para que la clínica pueda enviarnos sus descargos.

Aunque inicialmente el vocero aseguró que nos responderían por escrito, esto tampoco ocurrió. Finalmente, dejaron de responder nuestros mensajes.

A inicios de abril, sobre el caso del bebé de Gitla Hochman, la clínica sostuvo en el diario El Comercio que “la situación se complicó en la sala de parto, indicando que el trabajo de parto de la madre no fue óptimo, lo que retrasó la salida del bebé. Además, negaron que se hayan presentado signos de alarma antes del trabajo de parto”.

Ante dicha afirmación caben preguntas y repreguntas adicionales, pero la clínica no admite esta posibilidad.

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